Para explicar la finitud de nuestra potencia cognitiva, Spinoza distingue cuatro modos de percepción de la realidad, en función de la forma en la cual los objetos se presentan a nuestra mente:
1. El conocimiento de oídas: es aquel que se tiene por otra persona, tal como nuestra fecha de nacimiento, la existencia de países en donde nunca hemos estado, etc., es decir, todo aquello que nos han contado y de lo que no hemos tenido experiencia directa. Obviamente, las ideas que obtenemos de esta forma, no son claras ni distintas y por tanto no podemos asentir a su veracidad.
2. El conocimiento por experiencia vaga: es aquel que tenemos por los sentidos, mediante el cual podemos constatar determinados hechos, tal como ver moverse un barco, andar una persona, etc. las ideas así adquiridas no pueden considerarse necesariamente verdaderas, dado que los sentidos pueden engañarnos, los objetos se nos pueden mostrar parcialmente, podemos dar por cierto algo que hemos soñado, etc.
3. El conocimiento por deducción inadecuada: es aquel que se obtiene a partir de la generalización de nuestras experiencias, como por ejemplo, que el agua apaga el fuego. Tampoco el conocimiento así adquirido es necesariamente verdadero, puesto que está basado en la generalización de una experiencia pero no en el conocimiento adecuado de la relación causa - efecto. Así, puedo saber por experiencia que el agua apaga el fuego porque lo he visto muchas veces, pero ello no garantiza que en todos los casos y condiciones sea así, mientras no conozca la causa por la cual el agua apaga el fuego.
4. El conocimiento racional: es aquel por el cual una cosa es conocida por su esencia o por su causa próxima. Se trata del único tipo de percepción que nos proporciona ideas verdaderas, puesto que es aquel conocimiento que construyo cuando concibo la idea de un objeto por su sola esencia “en su totalidad”, o por su causa próxima, sin “interferencias” exteriores. Por ejemplo, cuando decimos que el giro de un semicírculo sobre su eje engendra una esfera, aun cuando no haya visto ninguna esfera ser engendrada de esa manera.
Es a partir de estas cuatro formas de percepción de las que deduce tres géneros de conocimiento:
Primer género de conocimiento: la imaginación: es el conocimiento que adquirimos por experiencia, es decir, por las modificaciones que en nuestro cuerpo producen los cuerpos exteriores.
Segundo género de conocimiento: las nociones comunes: el conocimiento por nociones comunes se corresponde al conocimiento por deducción. Spinoza lo llama “por nociones comunes”, porque toda deducción consiste en la producción de una idea a partir de otra con la que tiene algo en común. Aquí vemos de nuevo como el conocimiento verdadero tiene en Spinoza un paralelismo con el proceso de producción de bienes materiales. Del mismo modo que un martillo sólo puede ser producido a partir de materias primas que tengan algo en común con él (la madera, el hierro, etc.), una idea verdadera solo puede proceder de otras ideas que tengan algo en común con ella (un círculo como producto de un segmento que gira, etc., o cuando decimos que la suma de los ángulos de un triángulo es la suma de dos rectos, es porque las dos ideas comparten la noción común de “ángulo” etc.)
Tercer género de conocimiento: El conocimiento intuitivo: es el que se tiene como consecuencia de la contemplación inmediata y simultánea de la totalidad de la realidad como concatenación de causas y efectos (“sub especie aeternatis”, esto es, desde el punto de vista de la eternidad). ¿Qué es la intuición? Podemos definir la intuición como la contemplación simultánea e inmediata de todos los pasos de una deducción. Spinoza pone el ejemplo de hallar la cuarta proporcional a tres números. Si me dan tres números, por ejemplo, 1, 2 y 3, y me planteo el problema de hallar un número que sea al 3 lo mismo que el 1 al 2; puedo aplicar distintos métodos, (como hacer ½ = 3/x y de ahí deducir x = (3*2)/1 = 6) pero el mejor es el que “ve de golpe” que 6 es el doble de 3, del mismo modo que 2 es el doble de 1. Es a esa comprensión inmediata a la que Spinoza llama conocimiento intuitivo.
Entre el primer y el segundo género de conocimiento hay una ruptura, dado que el conocimiento por imaginación, nos da ideas parciales y confusas de la realidad, y por tanto inadecuadas, mientras que el segundo género de conocimiento, en cuanto racional, nos proporciona ideas adecuadas y por tanto verdaderas. Es por ello, que no hay ruptura, sino continuidad entre el segundo y el tercer género de conocimiento, dado que ambos son racionales y producen ideas adecuadas. La diferencia entre ambos reside en la diferente potencia del entendimiento que requiere. Mientras que en el segundo género, el entendimiento se apoya en deducciones parciales como “pasos intermedios” hacia el conocimiento, en el tercero, el entendimiento tendría la suficiente potencia para captar la concatenación entre las ideas que forman la totalidad de lo real de forma inmediata.