Por José Romero
4. La ideología.
4.1 Práctica e ideología.
En una primera aproximación, se puede decir que para Althusser, la ideología es la conciencia (conjunto de ideas) aparentemente espontánea pero aprendida socialmente, que asociamos a una práctica específica mediante una operación de abstracción, y que expresamos mediante el lenguaje.
El ser humano es un ser práctico, es decir, que realiza prácticas, que a su vez se pueden definir casi siempre como procesos de transformación de un objeto en otro mediante un trabajo. Ejemplos de prácticas humanas son: el trabajo, la ciencia, la filosofía, el sexo, la política, el arte, etc. En general, todo aquello que consista en un proceso de transformación, o en una interacción con el mundo.
Ahora bien, toda práctica, tiene un aspecto concreto y un aspecto abstracto. El aspecto concreto de una práctica hace referencia a su materialidad. Así, el trabajo de un carpintero cuando clava un clavo mientras fabrica una mesa, de un químico que mezcla reactivos en un matraz, una relación sexual, etc., tiene una materialidad objetiva, "concreta", independiente de la conciencia. Por su parte, el aspecto abstracto, hace referencia a la conciencia de la práctica en la mente de quien la realiza (de su "agente") expresada por el lenguaje. Así, las pautas que el carpintero tiene en mente para realizar su trabajo, la propiedad o no-propiedad de sus instrumentos de trabajo, etc., son el aspecto abstracto de su trabajo. Del mismo modo, las pautas de una relación sexual que están en la mente de sus agentes (si está dentro o fuera del matrimonio, si es una relación sexual reconocida como legítima socialmente, etc.) es el aspecto abstracto de una relación sexual.
El aspecto abstracto de las prácticas humanas es lo que Althusser llama "ideología práctica". Ahora bien, ¿por qué existe la ideología? La ideología existe porque necesariamente toda práctica humana está mediada, esto es, pensada por el lenguaje. La ideología procede de la necesidad innata del ser humano de actuar traduciendo al lenguaje aquello que hace. Por ello, Althusser afirmaba que la "ideología es eterna", o sea, es una condición de la naturaleza humana mientras exista el lenguaje (y, por tanto la sociedad).
De esa manera, cada práctica humana lleva asociada necesariamente una ideología específica, existiendo tantas ideologías específicas como prácticas. Ahora bien, cada ideología específica asociada a una práctica puede tener diversas modalidades, que gobiernan su práctica correspondiente. De esa forma, cada práctica puede realizarse de distintas maneras, que pueden ser contrapuestas entre sí. Así, existen diversas ideologías laborales, sexuales, filosóficas, científicas, jurídicas, artísticas, políticas, etc.; y por lo tanto hay diversas formas de practicar el trabajo (esclavo, servil, asalariado, cooperativo...), la sexualidad (monógama, polígama, homosexual, etc.), la filosofía (idealista, materialista), etc., todo ello teniendo en cuenta la primacía absoluta del aspecto concreto o material de cada práctica sobre su aspecto abstracto o ideológico, dado que sin la materialidad de una práctica no existiría su ideología.
Si queremos resumir lo expuesto diremos: la abstracción no es la separación de una parte perteneciente del todo concreto. La abstracción está ligada a lo concreto, proviene de lo concreto de una manera que puede variar (el lenguaje no fue abstraído de lo concreto como el derecho ni como los gestos abstraídos de toda práctica). Pero lo propio de la abstracción es ser algo más que una parte de lo concreto, puesto que agrega algo a lo concreto. ¿Qué le agrega? La generalidad de una relación (lingüística, jurídica, social, ideológica) que concierne a lo concreto. Mejor aún: esta relación domina inadvertidamente lo concreto y es lo que constituye lo concreto como concreto.
Hay pues como un ciclo: lo concreto está al comienzo, viene luego lo abstracto y luego nuevamente lo concreto. Esto es lo que decimos: la apropiación social de lo concreto pasa por el dominio de las relaciones abstractas. Hay por lo tanto dos concretos: lo concreto no apropiado socialmente que, en última instancia, no es nada, y lo concreto apropiado por los hombres pero producido como concreto por esta apropiación. Lo cual equivale a decir que sin el lenguaje y sin los derechos, sin las relaciones de producción y las relaciones ideológicas, no hay nada en el mundo que sea concreto para el ser humano. Porque no puedo nombrarlo, ni atribuirlo, ni producirlo, ni darle a conocer mis intenciones.
(Introducción a la filosofía para los no-filósofos, 1975)
Las ideologías tienen un efecto de ilusión / alusión y su función es práctica, no teórica; es decir, proporcionan a los individuos normas para la realización de sus prácticas, pero no producen el conocimiento objetivo de la práctica a la que van asociadas, siendo la producción de dicho conocimiento la función de las ciencias. Por ello, Althusser definía a la ideología como la relación imaginaria que los individuos tienen respecto a sus condiciones materiales de existencia.
Pero reconocer que somos sujetos y que funcionamos en los rituales prácticos de la vida cotidiana más elemental (...) este reconocimiento nos da solamente la "conciencia" de nuestra práctica incesante (eterna) del reconocimiento ideológico - su conciencia, es decir, su reconocimiento -, pero no nos da en absoluto el conocimiento (científico) del mecanismo de ese reconocimiento
(Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado, 1969)