John Locke

John Locke

(1632 - 1704)

En torno a Locke

Locke y la Revolución inglesa de 1688

Como hemos visto brevemente, Locke tuvo una existencia agitada, no obstante su temperamento pacífico y su dulce carácter. Su vida discurrió en medio de una época turbulenta, de pasiones políticas, sociales y religiosas.

Desde su colaboración con Shaftesbury se interesaba por la política. Había sido secretario de la Cámara de Comercio, e incluso escribió el esbozo de una Constitución para Carolina. Inglaterra estaba sacudida en este tiempo por profundos problemas políticos, que se manifestaban en la lucha entre los whigs (liberales) y los tories (conservadores). Reinaba la dinastía de los Estuardos, que tuvo su último representante en Jacobo II. Una hija de este estaba casada con Guillermo de Orange, que vino desde Holanda, llamado por los deseos del pueblo inglés, a sustituir a los aborrecidos Estuardos. La princesa Mary se dirigió desde Holanda a Inglaterra para reunirse con su marido, ya proclamado rey. En el mismo barco que ella, Locke, que conocía personalmente al nuevo rey, viajaba hacia su país llevando consigo dos manuscritos revolucionarios, uno de filosofía y el otro de política.

Se ha dicho que los Dos tratados sobre el gobierno civil tienen por objeto justificar la revolución inglesa de 1688 que instauró en el trono a Guillermo de Orange. Locke, como ferviente liberal, quería legalizar la nueva situación. En este sentido su libro iba a la zaga de los hechos y no era propiamente disolvente en su país, puesto que apareció una vez consolidada la "gloriosa revolución". Pero no es este el problema. De lo que se trata es de que implanta en el pensamiento teórico de la época principios nuevos con un radicalismo desconocido y agresivo. Las ideas que expone responden a sus convicciones más íntimas. Ferviente puritano, clamaba. por los derechos de la conciencia para expresarse libremente sin imposiciones de trabas terrenas. Como hombre, no toleraba el absolutismo sin una protesta decidida y firme.

El partido tory era absolutista. Predicaba el derecho divino de los reyes y la no resistencia al poder y voluntad de estos. El partido whig era solidario de una monarquía limitada y, sobre todo, de la autoridad del Parlamento. La iglesia anglicana se había situado al lado de los tories y defendió el poder real de los Estuardos. Así, pues, cuando triunfó la revolución, para pervivir tuvo que claudicar y conceder una extensa libertad religiosa.

La situación en los últimos años del reinado de los Estuardos era anárquica y arbitraria. Los tribunales del rey actuaban injustamente. en muchos casos. Los impuestos aumentaban progresivamente. La nueva clase social de comerciantes e industriales comenzaba a inquietarse, pues durante el reinado de los Tudor había actuado con independencia y conquistado puestos y riquezas. Cuando Shaftesbury fundó el partido whig, el ambiente estaba preparado. Pues bien: la gran labor de Locke en su tiempo consiste en que proporcionó los principios abstractos para elaborar la doctrina de un partido político, ya existente, pero dotado ahora de una fuerte base teórica para afrontar el futuro. Lo que consiguió, no solo en su patria, sino en todo Occidente, fue algo formidable: el abandono de la vieja idea del derecho divino de los reyes y el definitivo triunfo del Parlamento, como legítimo representante del pueblo.

(Luis Rodríguez Aranda, en Prólogo al "Ensayo sobre el gobierno civil", ed. Aguilar, Madrid, 1981)