El análisis: prácticas
Ejercicio 4
Analiza el siguiente texto de Marvin Harris (el mismo del ejercicio 4 del resumen):
El origen de la supremacía masculina
"Todo esto conduce a una conclusión: el complejo de Edipo no fue la causa de la guerra; la guerra fue la causa del complejo de Edipo (recordemos que la guerra misma no fue causa primera sino un producto del intento de controlar las presiones ecológica y reproductora). Aunque parezca un problema sin solución como el del huevo y la gallina, existen excelentes motivos científicos para rechazar las prioridades freudianas. Si comenzamos con el complejo de Edipo, no podemos explicar las variaciones de intensidad y de alcance de la guerra: ¿por qué algunos grupos son más belicosos que otros y por qué algunos practican formas externas y otros formas internas de guerra? Tampoco podemos explicar por qué el conjunto de las instituciones que forman el sistema de la supremacía masculina varía en esencia y en fuerza. Partiendo del complejo de Edipo, tampoco podemos explicar el origen de la agricultura, los caminos divergentes de las intensificaciones y los agotamientos en el Viejo y el Nuevo Mundo ni el origen del Estado. Pero si comenzamos con la presión reproductora, la intensificación y el agotamiento, podemos comprender los aspectos constantes y variables de la guerra. Y a partir de un conocimiento de las causas de las variaciones bélicas, podemos llegar a una comprensión de las causas de las variaciones de la organización familiar, las jerarquías sexuales y los papeles sexuales y, desde esta perspectiva, a una comprensión de las características constantes y variables del complejo de Edipo. Un principio admitido en la filosofía de la ciencia establece que si uno debe elegir entre dos teorías, merecerá prioridad aquella que resuelva más variables con el menor número de suposiciones independientes y no explicadas.
Merece la pena insistir en este punto porque de cada teoría se infieren consecuencias filosóficas y prácticas distintas. Por un lado, la teoría freudiana se parece mucho al enfoque de la guerra como aspecto de la naturaleza humana. Hace que la agresividad homicida parezca inevitable. Al mismo tiempo, encadena tanto a los hombres como a las mujeres a un imperativo biológico ("la anatomía es el destino"), con lo cual enturbia y estrecha el movimiento para alcanzar la igualdad sexual. Aunque he sostenido que la anatomía destina a los varones al entrenamiento para ser feroces y agresivos en caso de guerra, no he dicho que la anatomía, los genes, el instinto o cualquier otra cosa torne inevitable la guerra. El simple hecho de que todos los seres humanos del mundo de hoy y del pasado conocido hayan vivido en sociedades machistas y belicistas no es razón suficiente para adjudicar a la naturaleza humana la imagen de las características salvajes necesarias para librar una batalla con éxito. El hecho de que la guerra y el machismo hayan desempeñado y sigan desempeñando papeles tan destacados en los asuntos humanos no significa que deban seguir haciéndolo en cualquier tiempo futuro. La guerra y el machismo dejarán de practicarse cuando sus funciones productivas, reproductoras y ecológicas se satisfagan mediante alternativas menos costosas. Por primera vez en la historia tales alternativas están a nuestro alcance. Si no somos capaces de utilizarlas, no será un fracaso de nuestra naturaleza, sino de nuestra inteligencia y voluntad."
Marvin Harris, "Caníbales y reyes", capítulo 6, "El origen de la supremacía masculina y del complejo de Edipo"