Contexto histórico, sociocultural y filosófico de Aristóteles
Contexto histórico
A principios del siglo -IV, tras la derrota de Atenas en las guerras del Peloponeso, Esparta afianza su dominio militar sobre Grecia, que permanecerá estable durante un par de décadas. Sin embargo, las luchas entre las ciudades griegas, especialmente Tebas, Esparta y Atenas, se reactivarán a partir del año - 379, cuando los tebanos se sacuden el gobierno impuesto por los espartanos y se adueñan de la ciudad, comenzando las hostilidades con Esparta que llevarán el - 375 a la derrota de Esparta. Las luchas se reproducirán a lo largo de la primera mitad del siglo: en el interior, entre Tebas, Esparta y Atenas, principalmente; en el exterior, contra Cartago, por el sur; contra la emergente Macedonia, por el norte; y contra Persia, por el este, involucrados en la rebelión de los sátrapas contra Artajerjes II.
Los atenienses crearon la II Liga Délica contra Esparta el año - 377, aliándose con las islas y ciudades del Egeo, derrotando a los espartanos en Naxos, el año - 376, impidiendo que aquellos concentraran su poder militar en la lucha contra Tebas. Los dos frentes de lucha abiertos por los espartanos, contra Tebas y Atenas, hará imposible la concentración de fuerzas necesaria para derrotarlas, pese a los apoyos de Dionisio de Siracusa a Esparta (quien a su vez luchaba contra los cartagineses, por el sur).
A partir del - 375, tras las constantes escaramuzas a lo largo de esos años entre Tebas y Esparta, el año - 371 los espartanos son derrotados por los beocios, en la Batalla de Leuctra, donde Epaminondas, general y estadista de Tebas, derrota a las tropas espartanas, terminando con su poder militar, que Esparta no podrá ya reconstruir.
Esparta y Atenas se aliarán el año - 369 contra la hegemonía tebana, pero serán derrotados por Tebas en la batalla de Mantinea, el año - 362. Atenas, envuelta en la llamada guerra social con sus aliados, sufrirá un nueva derrota en la batalla de Embata, el año - 356, que llevará prácticamente a la disolución de la 2ª Liga Délica.
A partir del - 359 Filipo II unifica Macedonia y abandona la 2ª Liga Délica, siguiendo con sus avances militares frente a los griegos. El año −346 firma la paz de Filócrates con Atenas y posteriormente conquista Tracia, el - 342. Ante el avance de Macedonia las ciudades griegas fundan la Liga Helénica el año - 340. Dos años después, el - 338, Filipo II derrota a los griegos en la batalla de Queronea, afianzando el dominio macedonio. El año - 337 se crea la Liga de Corinto, bajo el dominio de Macedonia, con el objetivo de hacer frente a los persas. A ella pertenecen todas las ciudades griegas, excepto Esparta. La hegemonía de Macedonia parece ya inevitable. Sin embargo, la muerte de Filipo II, asesinado por uno de sus generales, hace concebir nuevas esperanzas a los griegos, al hacerse el joven Alejandro III cargo del poder. Las ciudades griegas, intentando aprovechar una supuesta fragilidad de la posición de Alejandro, tratan de sacudirse el yugo de Macedonia, pero Alejandro, tras asegurar el control de las fronteras del norte, emprende acciones militares contra las rebeliones de Tebas, Atenas y Esparta el año - 335. Tebas es destruida y los supervivientes reducidos a la esclavitud. Las ciudades-estado griegas no volverán ya a recobrar su poder, aunque mantendrán su predominio cultural, que se extenderá por todo el mediterráneo y el Asia oriental.
Asegurado el dominio en Grecia, Alejandro emprende la campaña de Persia, el año - 334, que le llevará, a lo largo del 13 años, a una serie continuada de victorias que le permitirán conquistar Persia y llegar hasta la India, donde obtiene una victoria sobre el rey Poros, extendiendo sus dominios hasta el río Indo. El descontento de las tropas por la duración de la campaña parece ser la causa de su finalización. Pero Alejandro no conseguirá regresar a su tierra, muriendo a causa de una enfermedad o de un complot contra él, el año - 323. Tras su muerte se producirá la división del imperio y comenzará el periodo helenístico, que se extenderá hasta el año 30, aproximadamente, y que se caracteriza por la difusión de la cultura griega por el mediterráneo y oriente próximo, bajo la idea de Alejandro de fusionar las culturas griega y persa.
Contexto sociocultural
Las guerras del Peloponeso dejaron sumida a Atenas en una profunda recesión económica, causada no sólo por la destrucción de los cultivos y el empobrecimiento consiguiente derivado de una agricultura insuficiente, sino sobre todo por la destrucción de las redes comerciales y el aumento de la piratería, provocando el agotamiento de los excedentes y el descenso del consumo. Las diferencias sociales se acentúan y se disgrega la estructura básica de la sociedad del período clásico ciudadano/soldado/campesino, ya que la escasez provoca la demanda de trabajos dependientes (lo que conduce al aumento del número de esclavos y de mercenarios) y se producen movimientos migratorios de las poblaciones empobrecidas que alteran el status quo del período clásico, con las consiguientes tensiones entre ricos y pobres. En este contexto se desarrollan algunas teorías de gobierno aristocrático, como la de Platón, aunque en Atenas se mantendrá la democracia durante buena parte del siglo, (hasta el - 322, cuando el imperio macedónico acabó con sus instituciones), y Aristóteles la considerará como la mejor forma de gobierno, si bien bajo determinadas condiciones.
La organización de la democracia ateniense se mantiene similar a lo largo de todo este período. La participación en la vida política, remunerados los cargos públicos desde Pericles, solía ser amplia, en las tres instituciones principales de la democracia: la Asamblea (Ekklesía), el Consejo de los 500 (Boulé) y en los Tribunales de justicia (Dikastería). La Asamblea tenía como funciones principales la de legislar, la de elegir cargos públicos y la de juzgar delitos políticos. El Consejo de los 500 tenía como función principal la de llevar a efecto las órdenes de carácter ejecutivo acordadas por la Asamblea, lo que implicaba una gran variedad de acciones en la administración de la polis, incluido su control. Los Tribunales intervenían en todos los casos de litigio, públicos o privados, y eran elegidos por sorteo entre los mayores de 30 años. El interés por lo público y el sometimiento a la ley (nómos) prevalece frente al individualismo y el culto a la personalidad, más propio de las sociedades aristocráticas de la época.
Los ciudadanos atenienses siguen considerado mal el trabajo físico (pese a los cambios señalados anteriormente) y, aunque son propietarios de tierras y realizan actividades comerciales, dedican la mayor parte de su tiempo, además de a su participación en la vida política, al ocio, a la preparación física en los gimnasios (el ejército lo constituían los ciudadanos y precisaban de un buen estado de forma), a las reuniones en el ágora o en sus propias casas con sus amigos, en las que se tratan cuestiones de todo tipo: culturales, políticas, filosóficas… Las mujeres están excluidas de estas actividades, así como del conjunto de la vida pública, quedando, sobre todo si eran de buena posición social, recluidas en sus casas, y viéndose privadas de una educación similar a la de los hombres.
Los oradores encuentran un público deseoso de escuchar sus discursos, con frecuencia de carácter político, entre los que destacarán Isócrates y sus discípulos Licurgo e Iseo, quien fue a su vez maestro de Demóstenes, conocido sobre todo por sus Filípicas, contra el peligro que suponía el predominio de Macedonia para la democracia ateniense, y Ésquines, uno de los más acérrimos opositores a Demóstenes. Y también los filósofos: tras la Academia de Platón, otras las escuelas filosóficas abrirán sus puertas en Atenas. La tragedia griega, sin embargo, no volverá a alcanzar las cotas del siglo anterior. La comedia abandonará los temas políticos y el carácter obsceno orientándose hacia una línea costumbrista, como se observa en las obras de Menandro, de las que se conservan más de un centenar y que ejercerán una gran influencia en los siglos posteriores y especialmente en las letras europeas. Ligeras modificaciones experimentarán la arquitectura y la escultura (con Lisipo, Escopas y Praxíteles), que siguen los cánones marcados en el período clásico, aunque introduciendo diversas modificaciones. En Historia destacará Jenofonte, con la Anábasis, conocida también como la Expedidción de los diez mil.
Contexto filosófico
Pese a las derrotas militares y al deterioro de la actividad económica, Atenas seguirá teniendo una intensa actividad filosófica. Los sofistas irán dejando paso a nuevas formas de hacer filosofía, como la de Platón que, con la creación de la Academia el año - 387, atraerá a Atenas a numerosos estudiosos, que se ocuparan de las distintas ramas del saber. Uno de ellos será Aristóteles, quien permanecerá en la Academia durante 20 años, para abandonarla tras la muerte de Platón, iniciando un largo periplo fuera de Atenas que le llevará a ocuparse de la educación del que será posteriormente conocido como Alejandro Magno. Posteriormente, tras regresar a Atenas, fundará allí su propia escuela filosófica, el Liceo, que competirá con la Academia y se convertirá en otro centro de actividad filosófica, dedicada tanto a la investigación como a la difusión del conocimiento. Por lo demás, las doctrinas de los filósofos cínicos, seguidores de Antístenes de Cirene, así como las de los sofistas y de los filósofos presocráticos son conocidas y consideradas por los filósofos de la época, como se ve en los comentarios que los pensadores de ambas escuelas hacen sobre el pensamiento de tales filósofos.
Más que escuelas filosóficas, destinadas a difundir una doctrina, la Academia y el Liceo se pueden considerar centros de investigación, donde confluyen filósofos con distintos intereses, que se ocupan de campos de investigación diversos, aunque bien es cierto que con la idea de integrar los conocimientos bajo la concepción de que derivan de causas comunes que es posible desentrañar. Es la búsqueda del conocimiento por las causas y principios, tan característica del pensamiento de ambos filósofos.
La intensa actividad filosófica en Atenas en esa época se verá acrecentada por la creación de nuevas escuelas filosóficas durante el período helenístico, como El Jardín, de Epicuro de Samos, y la Stoa, de Zenón de Citio.